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         167 GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

Resulta esclarecedor observar las explicaciones de uno de los 'pensadores' más radicales de EE UU. Según él, la guerra 'contra el terrorismo' no puede ser considerada racista.
Orlando Jara


¿Racismo anti-musulmán?

 

DANIEL PIPES - 26-11-2005 - LA RAZÓN

Mis conferencias en los campus universitarios ocasionan manifestaciones algunas veces, organizadas por izquierdistas e islamistas que me lanzan insultos. Uno de sus favoritos es «racista». Este año, por ejemplo, una «Concentración contra el racismo» anticipó mi conferencia en el Instituto Tecnológico Rochester, fui acusado de racismo contra inmigrantes musulmanes en el Dartmouth College, y unos panfletos en la Universidad de Toronto me acusaban de «racismo anti-musulmán».

¿Racismo anti-musulmán? Ese oxímoron me desconcertó. Si el islam es una religión con servidores de toda raza y pigmentación, ¿dónde entra la cuestión de la raza? Los diccionarios coinciden en que racismo se refiere a raza, no a religión:

1. American Heritage: «La creencia en que la raza explica las diferencias del carácter o la habilidad humanas y en que una raza particular es superior a otras. Discriminación o prejuicio basado en la raza».

2. Merriam-Webster: «La creencia en que la raza es el principal determinante de los rasgos y habilidades humanas y que las diferencias raciales dan lugar a una superioridad inherente de una raza particular. Prejuicio racial o discriminación».

3. Oxford: «La creencia en que existen caracteres, capacidades o cualidades específicas de cada raza. Discriminación o antagonismo hacia otras razas».

Incluso la conocida conferencia anti-racismo de Naciones Unidas en Durban en el 2001 utilizó implícitamente la misma definición al rechazar «cualquier doctrina de superioridad racial, junto con teorías que pretenden determinar la existencia de razas humanas presuntamente distintas». Entendido así, el término racista no puede serme atribuido, puesto que no creo que la raza defina la capacidad ni que determinadas razas tengan mayor capacidad que otras. Asimismo, mis escritos y conferencias nunca tocan temas relativos a la raza.
¿Significa eso que la palabra racista sirve simplemente a izquierdistas e islamistas como peyorativo comodín, un insulto mágico que desacredita, sin importar la precisión? No, la evolución de esta palabra es más compleja que todo eso.

El racismo se utiliza ahora cada vez más para aludir a algo más allá de su definición enciclopédica. A. Sivanandan, director del influyente Instituto de Relaciones Raciales (IRR), radicado en Londres, ha impulsado el concepto de «un nuevo racismo», que se refiere a la inmigración, no a la raza:

Es un racismo que no sólo se dirige contra aquellos de piel más oscura, procedentes de territorios ex coloniales, sino a las nuevas categorías de los desplazados, los desposeídos y los desahuciados, que llaman a las puertas de Europa Occidental, la Europa que ayudó a desplazarlos en primer lugar. Es un racismo, lo es, que no entiende de colores, dirigido como está también contra pobres blancos, y pasa desapercibido como xenofobia, un temor «natural» a los extranjeros. Un documento oficial de Australia va en una dirección distinta, la de «racismo cultural». En la era moderna, la premisa subyacente a «racismo» es la creencia en que las diferencias de cultura, valores y/o las prácticas de algunos grupos étnicos/religiosos son «demasiado diferentes» y es probable que amenacen «los valores de la comunidad» y la cohesión social.

Una vez que el racismo es desligado de los caracteres raciales, aplicarlo a los musulmanes es inmediato. De hecho, Liz Fekete, del IRR, descubre «racismo anti-musulmán» en la legislación, la política, y las medidas contraterroristas derivadas de la «guerra contra el terror» (las comillas son suyas). Ella también ve la prohibición francesa del hijab en la escuela pública, por ejemplo, como un caso de «racismo anti-musulmán». Otros en el IRR alegan que «los musulmanes y los que se les parecen son los objetivos principales de un nuevo racismo».

El reverendo Calvin Butts III, de la Iglesia Baptista Abisinia de Nueva York, opinaba recientemente en una conferencia de Naciones Unidas acerca de islamofobia: «Tanto si a los musulmanes les gusta como si no, los musulmanes son etiquetados como gente de color en los racistas Estados Unidos... no te etiquetarán llamándote n.... sino que te llamarán terrorista». Para el reverendo Butts, contraterrorismo equivale a racismo. Cuando el Representante Tom Tancredo, Republicano de Colorado, planteó la idea de bombardear lugares santos islámicos como forma de disuasión, un líder de Nación del Islam de Denver, Gerald Mohammed, juzgó racistas sus comentarios.

Nótese la evolución: Conforme la creencia en las diferencias raciales y la superioridad racial disminuye en la sociedad educada, algunas partes extienden el significado de racismo con el fin de condenar decisiones políticas tales como preocuparse por la excesiva inmigración (incluso con blancos pobres), preferir la cultura de uno, temer al islam radical, o implementar medidas contraterroristas eficaces.

Esta tentativa de deslegitimar las diferencias políticas tiene que ser rechazada. El racismo se refiere únicamente a temas raciales, no a opiniones en materia de inmigración, cultura, religión, ideología, aplicación de la ley, o estrategia militar.




 






Daniel Pipes caricaturizado por Bendib. (AMPLIAR)

 

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