LOURDES PAGÁN - 02-10-2005 - 11-S.NET

Los agentes antiterroristas, expertos en guerra bacteriológica, detectaron la presencia de la bacteria francisella tularensis, muy contagiosa y que puede ser mortal, durante la manifestación del sábado 24 de septiembre.


Imagen de la manifestación contra la guerra del 24 de septiembre de 2005. (AFP/File/Nicolas Kamm)

Los manifestantes, que se oponían a la guerra de Irak, pudieron llegar a ser 300.000 según los organizadores, aunque la policía rebaja esa cifra a poco más de 100.000.

El doctor Gregg Pane, jefe de salud del Distrito de Columbia, ha recomendado a las personas que estuvieron cerca del National Mall esos días que se hagan análisis al menor síntoma: fiebres repentinas, jaquecas, diarreas, dolores en las articulaciones, tos, y progresivo sensación de debilidad. [1] Se da la circunstancia de que Laura Bush estuvo también en la zona, aunque no en la manifestación.

Dos días después, Cindy Sheehan, la 'madre coraje' que se enfrenta a Bush desde comienzos de agosto, fue detenida por un acto de desobediencia civil. [2]

Esta noticia trae a la memoria los miedos que provocaron diversos ataques con ántrax, en 2001, justo en estas fechas. Nunca se aclaró de dónde procedían los ataques, aunque se apuntó al científico Steven Hatfill. Aunque las fuerzas de seguridad indicaron que no existían cargos contra Hatfill y él negó cualquier implicación en el caso, el científico fue la única persona declarada "de interés" en la investigación. Hatfill, experto en bioterrorismo había trabajado en el Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas de las Fuerzas Armadas en Fort Detrick, en Frederick (Maryland), donde estaba la cepa de ántrax enviada a las víctimas. Se querelló contra el Gobierno en 2003. [3] ¿Fue, como él sostiene, un chivo expiatorio? Es posible, pero lo que quedó claro es que los ataques procedían 'de dentro'.


El US Army Medical Research Institute for Infectious Diseases, (USAMRIID) en Fort Detrick, Maryland
(Foto: Sunshine)

El miedo es un arma valiosa. El hecho de que la bacteria exista o no es irrelevante, ya que muchos se lo pensarán antes de acudir a la próxima manifestación.