I. Del Prado /Agencias 10-07-2005 LA RAZÓN
Madrid- El ex presidente del Gobierno José María Aznar afirmó ayer que «Londres no debe caer en el mismo error cometido por el Ejecutivo español al retirar las tropas de Iraq», tras consumarse la amenaza terrorista el pasado jueves. En una entrevista concedida a la cadena de televisión inglesa BBC, aseguró que «el apaciguamiento no es posible para combatir al terrorismo. Sólo el deseo de derrotarlo es básico. Toda mi vida he luchado contra él, he sobrevivido a él, pero nunca he apoyado una negociación con ellos».
En este sentido, Aznar prosiguió diciendo que «la decisión del Ejecutivo español, después de los ataques cuando los terroristas consiguieron su objetivo de cambiar el Gobierno, es una seria equivocación y una victoria importante para los terroristas».
Y es que en palabras del presidente de FAES, ahora la sociedad ya es consciente de a lo que se enfrenta. El primer paso es «concienciarnos de que estamos en guerra» y, en segundo lugar, «mantener a la gente unida con un fuerte deseo de luchar para derrotar a los terroristas».
A su juicio, «es un conflicto terrible, pero también una guerra muy diferente a una normal y en la que los agresores pretenden diferentes objetivos. En Madrid, los terroristas buscaron el objetivo de provocar la situación de conmoción. Tuvieron éxito. En Londres pensaron en un ataque para demostrar que podían usar la reunión del G-8 como medio para proclamar a todo el mundo sus capacidades de actuar».
Asimismo, el ex líder político subrayó que el ataque sufrido en Londres «es el resultado del radicalismo islámico. Es posible que Iraq fuera el pretexto, pero no la razón. Ben Laden nos ha declarado la guerra a todos. Por tanto, el problema no está en lo que hacemos o lo que hace el Gobierno británico. El contencioso en Iraq es indiferente para que Ben Laden ataque Londres, Madrid o cualquier otra parte del mundo».
Durante la entrevista concedida a la primera cadena del país anglosajón, Aznar aprovechó para expresar sus condolencias «a las víctimas, a las familias, al Gobierno y a todo el pueblo británico», y calificó el atentado de «terrible y cruel».
Preguntado por cuál puede ser la reacción de la sociedad inglesa, expresó su deseo de que se mantenga «el coraje y la determinación, especialmente con líderes fuertes, y el señor Tony Blair es un líder muy fuerte. Con un liderazgo enérgico es posible continuar y derrotar al terrorismo. Estoy convencido», concluyó.
Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, dijo ayer no estar dispuesto a callarse sobre el 7-J o la votación de Madrid 2012, «moleste a quien moleste». De esta manera, respondió a la polvareda que levantaron ayer sus declaraciones, en las que comparó la actitud de la clase política británica en los atentados de Londres con la del PSOE el 11-M.
Mientras, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sostiene, en un artículo que ayer publicó el diario «Financial Times», que la ONU debe proporcionar los medios legales y operativos para liderar la lucha internacional contra el terrorismo y hacerla más efectiva. Zapatero considera Naciones Unidas el foro adecuado para fraguar un consenso político contra el terrorismo. En el frente legislativo, piensa que no conviene esperar mucho tiempo para adoptar una convención internacional contra el terrorismo. En el operativo, apuesta por reforzar los mecanismos de cooperación entre cuerpos policiales, tribunales y servicios de inteligencia para prevenir nuevos ataques y aislar y encapsular a las organizaciones terroristas, así como a quienes les dan apoyo.
En los atentados de Londres, apunta como primera prioridad «ocuparse de las víctimas» y, en segundo lugar, «que todo el peso de la ley caiga sobre quienes planearon, cometieron y están detrás de esa atrocidad». A su juicio, este nuevo episodio de disparatada violencia, que supone «un duro recordatorio» acerca de la necesidad urgente de derrotar al terrorismo, exige ir más lejos.
«Dada nuestra larga y dolorosa experiencia de más de 30 años en el combatir de este azote en España sabemos que, en la batalla contra el terrorismo, es vital preservar la ley, mantener la unidad de los demócratas, dar a las Fuerzas de Seguridad el apoyo que necesitan e incrementar la cooperación internacional».
Respuesta colectiva.
Zapatero recalca que el terrorismo sólo se puede combatir con una respuesta colectiva de la comunidad internacional. En esa línea, advierte de que, para lograr su objetivo criminal, los terroristas no dudan en usar las múltiples posibilidades que ofrece el mundo de hoy y sus tecnologías para «sembrar su ideología de muerte y mover rápidamente la información, la gente y los objetos necesarios para cometer sus crímenes».
El presidente propone hacer un esfuerzo para comprender las condiciones que facilitan la expansión del fanatismo y el apoyo a los terroristas. «No podemos ignorar conflictos que están vinculados a la enorme división política, social y económica en muchas sociedades y que, en ocasiones, sirve de falso pretexto para la violencia terrorista. No es realista aspirar a la paz y la estabilidad en un mar de injusticia universal».
El jefe del Ejecutivo cree también que la lucha contra el terrorismo es «una batalla para la mente» y que se debe trabajar para difundir la idea de que nada puede justificar el terrorismo. «Ninguna idea, por legítima que pueda parecer, puede servir como coartada para matar». A su juicio, si no se logra convencer a todas las naciones de que esta tolerancia es indispensable, esta batalla tendrá muchas más dificultades.
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