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La comisión
acusa a los servicios de espionaje de no
hacer nada para prevenir los ataques
JAVIER DEL PINO
- Washington EL PAÍS | Internacional
23-07-2004
A lo largo de 567 páginas llenas
de críticas y lamentaciones, los
miembros de la comisión del 11-S
culpan al Gobierno de EE UU por su incapacidad
para detectar la amenaza real que presentaba
la organización terrorista Al Qaeda.
Sin embargo, la Comisión no acusa
al Gobierno de los errores; esa infracción
recae plena y convenientemente sobre los
servicios de espionaje, que no hicieron
nada que pudiera haber entorpecido o retrasado
el plan de los ataques del 11-S. El presidente
George W. Bush aceptó estudiar
la posible renovación global de los
servicios de inteligencia. El candidato
demócrata a la presidencia, John
Kerry, cree que el informe demuestra
que su país es menos seguro con Bush
al frente. |
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En cierta medida, el informe ensalza
la tenacidad y la perseverancia de Al Qaeda
en la planificación y el desarrollo
de los planes. Los terroristas, por su propia
buena suerte y por la torpeza de los servicios
de inteligencia, se beneficiaron de todos
los agujeros de la seguridad de EE UU en
las fronteras, en los aeropuertos y en la
Administración.
Los terroristas "penetraron en la defensa
del país más poderoso del
mundo. Infligieron un trauma insoportable
para nuestra sociedad y, al mismo tiempo,
dieron la vuelta al orden internacional",
dijo el presidente de la comisión,
Thomas Kean, tras entregar en mano
al presidente Bush una copia del informe
final. Bush ensalzó "el trabajo
dedicado" de los miembros de la comisión
durante 20 meses: "La comisión
ha formulado unas recomendaciones muy sólidas
sobre cómo podemos avanzar, y les
he asegurado que allí donde el Gobierno
pueda avanzar, lo haremos", dijo en
los jardines de la Casa Blanca.
Inmediatamente después, Kean dijo
lo que Bush quería escuchar: "Nuestros
fallos se produjeron a lo largo de muchos
años y muchos Gobiernos. No hay un
individuo al que se le pueda hacer responsable
único de nuestros fallos", aunque
al mismo tiempo Kean reconoció que
"todos quienes han ocupado una posición
de mando en el Gobierno tienen una porción
de responsabilidad por las acciones de ese
Gobierno".
En este caso, la responsabilidad es achacable
a la inacción. El informe final,
disponible desde ayer en las librerías
de EE UU y en descarga gratuita por Internet,
considera que "el error más
importante" en el camino hacia el 11-S
fue "la falta de imaginación:
creemos que los líderes no entendieron
la gravedad de la amenaza", dice el
texto. En el documento se detallan los "puntos
específicos de vulnerabilidad"
a lo largo de los años de preparación
latente de la trama, pero sólo llega
a decir que esas oportunidades perdidas
"podrían haber conducido a la
desarticulación" de la trama
si el Gobierno hubiera estado mejor organizado
y con un nivel mayor de vigilancia. El texto
concluye: "No podemos saber si una
determinada acción o una serie de
acciones podría haber servido para
vencer a los 19 terroristas".
Tal y como se había venido anticipando,
el informe desglosa contactos lejanos entre
una delegación iraquí y el
entorno de Osama Bin Laden, pero
constata que fueron insustanciales. Asegura
que "nunca hubo una relación
de colaboración entre Irak y Al Qaeda"
y descarta cualquier vinculación
del antiguo régimen de Sadam Husein
en la trama del 11-S.
Director único de inteligencia
En sus recomendaciones, los miembros de
la comisión se oponen a la creación
de una nueva agencia de seguridad interna,
al modelo MI5 británico. Al contrario:
creen que el problema de EE UU es la dispersión
de los servicios de inteligencia repartidos
entre varios organismos oficiales y, en
muchas ocasiones, sin vías de comunicación
inmediata. La comisión recomienda
la creación de un nuevo "centro
de inteligencia" con un director único
que coordine a todas las agencias de investigación.
Al frente de esa nueva posición de
mando debería estar un alto cargo
ratificado por unanimidad en el Senado y
con poder para decidir los nombramientos
al frente de la CIA, el FBI y las distintas
agencias de información.
Ni la Casa Blanca ni el Partido Republicano
se oponen frontalmente a ese debate, pero
prefieren aplazarlo para después
de las elecciones. La comisión también
recomienda al Gobierno de EE UU que se "embarque
en una estrategia global de diplomacia y
relaciones públicas" para desmantelar
la red de Bin Laden y la ideología
militante que la alimenta.
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El informe ya se encuentra
en las librerías.
También está disponible en formato
PDF que se puede descargar desde
http://www.9-11commission.gov/
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